SIERVO DE DIOS ALFONSO MOYA ROGEL

Nació en Orihuela el año 1893.

Estudió en el Seminario de San Miguel, costeando sus estudios con el trabajo personal que realizaba a causa de la pobreza familiar.

Ordenado sacerdote en 1917.
Poco después, por su excelente voz, mediante concurso fue nombrado Salmista de la Catedral.

Años después, también por oposición, Beneficiado-Sochantre de la misma, cargo que desempeñó con verdadera vocación y espíritu de sacrificio. Su voz llenaba el templo. También servía en calidad de Sochantre a la Parroquia de Santa Justa.

Era hombre activo por naturaleza.

En su trato era jovial, e instintivamente, comunicaba su buen humor a los compañeros. Su repertorio de anécdotas, adagios y chistes, hacía gratas las conversaciones.

En la Federación de Sindicatos Católicos colaboraba con eficacia con D. Ramón Barber, y por su interés y entrega en las tareas cristiano-sociales mereció el odio de la impiedad que finalmente le conduciría al paredón.

Era militante o afín al tradicionalismo, lo cual puede extrañarnos en 1991; pero hay que trasladarse al ambiente de la época (persecución religiosa y carencia de patriotismo) para comprender a quienes lucharon por altos ideales, exponiendo sus vidas por nobles causas.

Con tales antecedentes, a nadie extrañará que figurara entre los primeros en lista para eliminar...


Surgida la contienda, fue encarcelado el 28 de septiembre de 1936, y tras ser trasladado a la Prisión Provincial de Alicante, mereció ser condenado a muerte en idénticas circunstancias, antes enumeradas, de D. Ramón Barber.


Ejecutado el día de la Inmaculada, fue también contado entre sus mártires.

Sus restos, depositados en el cementerio de la capital, fueron honoríficamente trasladados a Orihuela en 1939, y tras las solemnes exequias, inhumados definitivamente en el de su querida ciudad natal.